Ciclicidad lunar

La luna es el cuerpo celeste más próximo a la tierra y la que hace de puente entre nuestro cuerpo y el resto de fuerzas celestes. Con la luna encarnamos. Ella mueve nuestras aguas y nuestras emociones, y tener consciencia de lo que se nos va moviendo por dentro es la llave para tomar las riendas de nuestra vida y retomar nuestra capacidad de elección.

Queremos sentir a la luna en nosotras y acompañarnos en nuestra ciclicidad, en vez de ser víctimas de un vaivén que escapa a nuestra consciencia. La luna nos guía a través de nuestras necesidades más profundas, acompañándonos en nuestro autocuidado cotidiano.

La luna cambia de signo cada dos días y medio aproximadamente. Seguir a la luna en su recorrido mensual por la rueda zodiacal nos da la oportunidad de encarnar las energías de los 12 signos del zodíaco y aprender cómo se manifiestan las distintas dinámicas del fuego, tierra, aire y agua dentro nuestro.

A lo largo de nuestro recorrido en El Camino de Maria, iremos encarnando las distintas energías celestes a través de sencillas prácticas de automasaje y meditación somática.

Por otro lado, conectarnos con las fases de la luna -creciente, llena, menguante y balsámica o nueva- nos brinda la ocasión mes a mes de sincronizarnos con los tiempos naturales de expansión y recogimiento, tan importantes para nuestro autocuidado y equilibrio interno. Los tiempos para sanar.

La imagen y el mito de la madre Maria, nos acompañará en este camino de automaternaje.